Lo estoy arriesgando todo, mi familia.

“Claro que con toda esta tensión a veces uno necesita desahogarse, y si tengo que soltar algo de vapor, mejor que sea en casa y no en el trabajo. Pero si sigo así, mi pareja no me va a aguantar mucho más tiempo. El estrés afectó mi relación con mi pareja, ya lo sé. A veces no tengo la fuerza para evitar confrontaciones, solo me queda observar impotente cómo con cada confrontación se derrumbe una parte más de confianza en nuestra relación. A la vez sé que la ruptura de mi matrimonio y de mi familia significa para mi la caída en el abismo, perdería todo lo que tengo.

En casa hemos tratado de reducir el estrés; planeamos vacaciones y más tiempos de descanso, priorizamos proyectos y actividades, controlamos el presupuesto familiar. Pero a pesar de estas medidas, sigo teniendo la sensación de no haber encarado el fondo del problema.”